Permuy tampoco logra salvar al Compos de su dinámica autodestructiva
No hay quien resucite al Compostela. Ni la charla de Agrasar con la plantilla, ni la dimisión de Míchel Alonso, ni la llegada de Antón Permuy han servido para avivar el orgullo de un equipo que sigue insistiendo en pegarse un tiro en el pie semana tras semana. La desidia, el pasotismo y la falta de ganas se han apoderado por completo de una SD que se acerca cada vez más a los puestos de descenso.
En el día de ayer el Compostela fue vapuleado por un Cayón que solo había ganado un partido en todo el 2024. La imagen, el escudo, otra vez por los suelos. Una temporada que se estás haciendo extremadamente larga y que amenaza con terminar de la peor forma posible.
Aquí, el videoresumen del desastre y la posterior rueda de prensa de Antón Permuy: