Jota Peleteiro no se resigna. Fracasada la operación mercantil para presidir el Compostela, el ex futbolista de A Pobra seguirá intentando llegar a la presidencia del club santiagués.
En el día de ayer, concedió diversas entrevistas en las que manifestó su plan de solicitar formalmente la entrada en la SD Compostela como socio y dió su versión de los hechos así como también dio pinceladas de lo que hubiera sido su ambicioso proyecto.
Sus intenciones son claras: quiere ver si es verdad que el Compostela es un club abierto y optar a la presidencia del club, contando con los socios y abonados para decidir el futuro de la entidad.
Aquí la entrevista en la radio gallega.
Y aquí el texto completo de la entrevista en La Voz de Galicia:
—¿Por qué se fijó en el Compos?
—Hace mucho tiempo que sigo al Compostela. Es un equipo de mi tierra. Me motivó este proyecto porque veo a una gran parte de la afición desconectada. Es la capital de Galicia y se merece un equipo en superior categoría. Me da mucha pena verlo así porque el Compos es un club con una gran historia.
—¿Con qué intenciones decidió aterrizar en San Lázaro?
—Sé que se pueden hacer grandes cosas. Por eso decidí presentar un proyecto para que el compostelanismo vuelva a resurgir, para que la gente que lleva en vena al Compos se vuelque y para regresar a Primera División. Ese era y sigue siendo mi objetivo.
—Veo que tiene proyectos ambiciosos.
—La idea es profesionalizar el club desde la cantera y volver con el equipo a lo más alto.
—¿Le sorprendió la decisión de la junta directiva, que no firmó lo que sus abogados pusieron sobre la mesa?
—La situación fue muy dura para todos. Tanto Antonio Quinteiro como yo trabajamos muchísimas horas, pero por culpa de dos o tres personas a última hora todo se quedó en nada. Decidieron jugar las cartas a su manera. Fueron muy egoístas. Yo fui muy claro desde el principio. Llegué con la idea de hacerme cargo de la deuda que tiene el Compostela con Antonio Quinteiro, pero algunas personas lo impidieron. Gente que nunca puso un euro en el club y que dicen ser fieles, arruinaron la operación
—¿La junta directiva comentó que usted nunca presentó un proyecto?
—Es falso. Es mentira. Teníamos un gran proyecto, con jugadores que iban a fichar y que son de categoría superior. Es un poco ridículo escuchar algunas de las cosas que se dijeron estos días, pero fueron publicadas por intereses demasiado personales.
—¿Qué pasos espera dar a partir de ahora?
—La próxima semana cursaré una solicitud por escrito para entrar a formar parte de la Sociedad Deportiva Compostela. Quiero ser socio y ahora se verá si es cierto que quieren abrir el club a toda la gente de Santiago. Luego presentaré mi candidatura a la presidencia y que los socios y abonados decidan sobre el futuro de la entidad. Quiero ser presidente del Compostela, aunque sé que desde este mismo instante serán muchas las trabas que me pondrán los directivos que se quedaron con el club. Estoy en mi derecho de hacerlo y así lo quiero decir públicamente.
—¿Lo sabe Antonio Quinteiro?
—Quinteiro es una persona honesta, que de verdad quiere el club. Es un hombre con palabra y puedo decir que sin él el Compostela ya hace tiempo que habría desaparecido. Mantuvimos largas conversaciones e intensas negociaciones para no fue suficiente. Está claro que hay gente dentro del club a la que no le interesaba mucho este acuerdo.
—No se va a rendir.
—No, por supuesto que no, no vamos a renunciar, no me voy a rendir tan fácilmente. Lo que nos hicieron a Antonio Quinteiro y a mí, y también a la afición, fue una jugarreta muy fea. Podrán mentir todo lo que quieran, pero al final saldrá a la luz toda la verdad. Nosotros tenemos un proyecto súper ilusionante para el Compos y para la ciudad. Ya teníamos apalabrados y comprometidos dos jugadores de Segunda División A y otros de la Primera RFEF. La intención era que el Compostela fuese un equipo del fútbol profesional. Era y sigue siendo nuestro objetivo.
—¿Castiñeiras entraba en su proyecto?
—Inicialmente sí, pero con menos poderes. El nuevo entrenador, que iba a ser Txema Añibarro, también ejercería de director deportivo. Hablé varias veces con Castiñeiras y con más gente del club con la intención de que hubiese una continuidad, pero es lógico que teníamos previsto hacer algunos cambios. Castiñeiras nunca se quejó y no entiendo su cambio de última hora.
—El comunicado de su empresa hablaba de traición.
—Hubo un ataque organizado hacia mí que llevaron a cabo las dos o tres personas que al final echaron este acuerdo para atrás. Todo lo que dicen son excusas. Antonio Quinteiro, que es un caballero, dejó claras sus intenciones, pero no quisieron firmar. Estuvo siempre en todas las negociaciones con sus directivos, pero el último día cambiaron de opinión porque alguno sabía que no íbamos a contar con su participación en la nueva directiva. Esa gente dejó claro lo que sienten por el Compostela. Después de doce años poniendo mucho dinero de su bolsillo, claro que traicionaron a Antonio Quinteiro. No hay duda.
—Eso no le gustó mucho a los miembros de la junta directiva.
—Es la verdad. Asumir la deuda de Antonio Quinteiro creo que refleja claramente mis intenciones y lo que yo quiero al Compostela. No vi a nadie de la junta directiva levantar la mano para pagar la deuda.
Quisieron poner a la afición en nuestra contra, pero estoy convencido de que muchísima gente confía en este proyecto. Recibí infinidad de mensajes de apoyo. Es algo que ilusiona a los aficionados. Nuestro Compos va a ser un equipo ganador.
—¿Iba a vender Quinteiro el Compos por 1,8 millones de euros?
—No es el mejor momento para hablar de cifras. Eso ya es un tema del pasado. Ahora es el momento de hablar de nuestro proyecto. Además, se dijeron muchas mentiras. Desde un sector del club se dijo que queríamos echar a todo el mundo, empleados y jugadores. Es falso. Iba a continuar la gente que realmente trabaja y en la que nosotros podíamos confiar. Por ejemplo, puedo decir que la intención era que Cardeñosa, entrenador del filial, fuese el segundo del primer equipo. Los puestos se ganan con mucho trabajo, esfuerzo y confianza. Es lógico que alguna gente tendría que abandonar el Compos, pero otros seguirían en el club. Nuestro único objetivo es que crezca el Compos.
—¿Qué futuro le ve al Compos?
—Ahora mismo, con esta directiva, es un barco sin rumbo, sin capitán. Solo quieren salir en las fotos.
—¿Quería despedir a Pato Guillén y a Álvaro Casas?
—No queríamos despedir a nadie. Íbamos a hablar con todos los jugadores y explicarles la situación. Por ejemplo, teníamos ya un portero con experiencia en Segunda División A, que lógicamente iba a ser titular. Al futbolista que no quisiese seguir o viese peligrar su puesto le abriríamos la puerta, pero no echaríamos a nadie. Íbamos a elevar mucho el nivel de la plantilla.
—¿Ya es usted un exfutbolista?
—Sí, está decidido. Ya no hay vuelta atrás.