El Villalonga gana con su portero lesionado desde el minuto 25 en un partido esperpéntico del Compostela
Alineación (4-2-3-1): Lucas, Saro, Cardeñosa, Uña, Cabrejo, Ube (David Nogueira), Samu (Make), Diego Rey, Recoba, Rubén (Martín) y Santi Gegunde.
El Compostela desperdicia su enésima oportunidad de oro para meterse en playoff con una derrota inesperada acompañada de una imagen vergonzosa. El conjunto blanquiazul, que podía haber dormido hoy entre los cuatro primeros de haber logrado la victoria, lo hará séptimo, y con el orgullo herido.
El Villalonga desde el inicio fue muy superior a los de Yago Iglesias. Salió enchufado, muy motivado, ejercía una fuerte presión y ya en el primer minuto gozaba de una ocasión muy clara para ponerse por delante en el marcador. El Compos se vio sorprendido y no le duraba el balón. Después, desperdiciaron un mano a mano frente a Lucas en una acción la que los visitantes reclamaron penalti aunque sin demasiada insisitencia. No pareció que hubiera nada. Pero a la tercera fue la vencida. Los de Sanxenxo seguían como una moto y pasaban por encima de la SD. En una buena jugada individual de un atacante del Villalonga, en la que regateó a Lucas y marcó a portería vacía, tomaron ventaja en el marcador.
Con el gol el equipo celeste levantó el pie del acelerador pero siguió manteniendo controlado el partido. El Compos se desperezó un poco y tuvo algunos acercamientos, aunque a cuentagotas. Le costaba un mundo llegar a portería. Entre los errores propios y la intensidad defensiva de los visitantes el equipo apenas lograba elaborar jugadas y menos finalizarlas. Y eso pese a que desde aproximadamente el minuto 25, el Villalonga jugó con el portero lesionado. Al no tener un portero suplente en la convocatoria, los visitantes mantuvieron a su cancerbero pese a que cojeaba y no podía sacar de portería. Era toda una gran oportunidad para el Compostela, pero no fue capaz de aprovecharlo. Casi ni le probó, lo que convirtió sin duda esta derrota en algo completamente abochornante. Cualquier tiro que le hubiera obligado a moverse y apoyar el pie hubiera tenido muchas posibilidades de acabar en gol, pero incomprensiblemente es algo que no ocurrió en todo el partido.
En la segunda parte el equipo salió al menos con algo más de actitud tras una primera parte muy pasiva. El Compos lo intentó más pero no le salió nada. Imprecisiones constantes, falta de ideas, y total descoordinación. Cuando alguien conseguía entrar por banda el área estaba vacía para el centro. Cuando todo el equipo estaba arriba esperando un balón colgado la defensa jugaba en corto y perdía el balón. En resumidas cuentas, los minutos pasaban, y el Villalonga no sufría. Salvo un mano a mano que no define bien Recoba, poco o nada que destacar. Además cada vez bajaban menos futbolistas a defender las contras del Villalonga, que sólo pudo contrarrestar el Compos a base de faltas, lo que hizo que se cargara de tarjetas. En realidad la sensación era que estuvo más cerca el 0-2 que el 1-1.
En definitiva, pocas ideas, mal ejecutadas y con poca convicción. Y si aún por encima el rival le pone más ganas y te da un baño táctico, pues se da el cóctel perfecto para una derrota más que justa que despierta a la afición compostelanista de su sueño. Un sueño que ciertamente todavía es más que posible matemáticamente pero ello obliga a grandes gestas, como ganar el próximo domingo en Bouzas, cuando habiendo ganado hoy un empate hasta se podía dar por bueno. Pero más allá de las matemáticas, están las sensaciones. El aficionado se pregunta cómo jugando como hoy vamos a tener la más mínima posibilidad. Cómo si no somos capaces de ganar en casa al noveno vamos a ser capaces de ganar en el campo del segundo y del tercero. Cómo pensar en hacer unos números "de escándalo" en las últimas jornadas cuando siempre la acabamos pifiando con esperpentos como el de hoy. Veamos ahora si el maleficio a domicilio nos da la estocada final el próximo domingo o si por el contrario, este equipo vuelve a resucitar, como ya ha hecho otras veces esta temporada.