Colegiata: José, Forján, Marcos, Fernando (Rubén, 66'), Germán, Martín Barreiro, Suso (Fran Espiño 58'), José María, Emilio, Neira (Pepe 58') y Ángel (Fredi, 78').
Compostela: Óscar, Ángelo (Kinho, 54'), Cholo, Catú, Guti, Manu, Bocha, Petter (Brigos 86'), Jimmy, Rubén Márquez y Jorge Martínez (Vladimir 46' (Jonathan 82')).
Árbitro: Fernández Lodeiro (Santiago). Expulsó por doble amarilla a Bocha (65'). Amarillas a Suso, Fernando, Pepe, Fran Espiño y al entrenador del Santiago, Tono Insua
Goles: (0-1), m. 56, Rubén Márquez; (0-2), m. 61, Petter; (1-2), m. 76, Martín Barreiro.
Campo: Santa Isabel. Una gran entrada, más de 1.000 personas.
"Los dos goles fueron de futbolistas que nosotros no tenemos", decía Tono Insua, entrenador del colegiata, quince minutos después de que pitara el árbitro el final. Cierto. Rubén Márquez y Petter son dos futbolistas, cuando menos, de Tercera. Y en esta categoría marcan diferencias. Dos goles que sirvieron al Compostela para llevarse los tres puntos de Santa Isabel ante un imberbe pero luchador Santiago.
Los primeros cuarenta y cinco minutos fueron un monólogo del Compostela, arropado en las gradas por sus ruidosos seguidores. Eficaces en defensa, lúcidos en el medio campo, y atrevidos en ataque, fueron capaces de dar cuatro veces con los palos de la portería defendida por José. Primero fue Jimmy, una lanza por su banda izquierda, el que lanzó al larguero. Más tarde fue Petter, que avisaba en una falta muy escorada a la derecha del portero. Ángelo, tras saque de falta de Manu, también remató al travesaño. Y por último, Bocha, al filo del descanso, falló una ocasión a los Cardeñosa, al enviar al palo un balón que le llegó franco con la portería para él solo.
El Santiago, tras el descanso, salió con más descaro, buscando las contras. Pero Vladimir fue un revulsivo para el Compostela. Cuando mejor estaba plantado el Santiago, un centro de Jimmy lo recogió Rubén Márquez que, tras controlar con el pecho, cruzó el balón con su zurza, inalcanzable para José.
Sin tiempo para digerir este tanto, Petter puso su sello de identidad en el encuentro. Convirtió una falta con maestría, de nuevo, sin que José pudiera hacer algo más que admirar su disparo. El partido, dominado por el Compos, hacía justicia en el marcador.
Pero una acción ridícula de Bocha, en el minuto 65, condicionó el resto del partido. El jugador uruguayo fingió que Pepe le había dado un cabezado, se tiró al suelo, y el árbitro le sacó la segunda amarilla por simular. El Compos se quedaba con diez.
Fue entonces cuando el Santiago tomó el mando de las operaciones. En una falta en medio campo, como no, un balón bombeado lo remató Emilio, rechazó Óscar, pero Martín Barreiro remató a puerta vacía para acortar diferencias.
De ahí hasta el final le tocó sufrir al equipo de Baleato. Ya avisaron los locales con una combinación por la banda izquierda que no llegó a nada. Pero en el último suspiro del encuentro, José María remató al larguero una ocasión que podía haber significado las tablas en el marcador.
El Compostela, con este resultado, sigue líder de la clasificación, por delante del Somozas, su mayor rival, mientras el colegiata se engancha a la zona baja de la tabla.
Compostela: Óscar, Ángelo (Kinho, 54'), Cholo, Catú, Guti, Manu, Bocha, Petter (Brigos 86'), Jimmy, Rubén Márquez y Jorge Martínez (Vladimir 46' (Jonathan 82')).
Árbitro: Fernández Lodeiro (Santiago). Expulsó por doble amarilla a Bocha (65'). Amarillas a Suso, Fernando, Pepe, Fran Espiño y al entrenador del Santiago, Tono Insua
Goles: (0-1), m. 56, Rubén Márquez; (0-2), m. 61, Petter; (1-2), m. 76, Martín Barreiro.
Campo: Santa Isabel. Una gran entrada, más de 1.000 personas.
"Los dos goles fueron de futbolistas que nosotros no tenemos", decía Tono Insua, entrenador del colegiata, quince minutos después de que pitara el árbitro el final. Cierto. Rubén Márquez y Petter son dos futbolistas, cuando menos, de Tercera. Y en esta categoría marcan diferencias. Dos goles que sirvieron al Compostela para llevarse los tres puntos de Santa Isabel ante un imberbe pero luchador Santiago.
Los primeros cuarenta y cinco minutos fueron un monólogo del Compostela, arropado en las gradas por sus ruidosos seguidores. Eficaces en defensa, lúcidos en el medio campo, y atrevidos en ataque, fueron capaces de dar cuatro veces con los palos de la portería defendida por José. Primero fue Jimmy, una lanza por su banda izquierda, el que lanzó al larguero. Más tarde fue Petter, que avisaba en una falta muy escorada a la derecha del portero. Ángelo, tras saque de falta de Manu, también remató al travesaño. Y por último, Bocha, al filo del descanso, falló una ocasión a los Cardeñosa, al enviar al palo un balón que le llegó franco con la portería para él solo.
El Santiago, tras el descanso, salió con más descaro, buscando las contras. Pero Vladimir fue un revulsivo para el Compostela. Cuando mejor estaba plantado el Santiago, un centro de Jimmy lo recogió Rubén Márquez que, tras controlar con el pecho, cruzó el balón con su zurza, inalcanzable para José.
Sin tiempo para digerir este tanto, Petter puso su sello de identidad en el encuentro. Convirtió una falta con maestría, de nuevo, sin que José pudiera hacer algo más que admirar su disparo. El partido, dominado por el Compos, hacía justicia en el marcador.
Pero una acción ridícula de Bocha, en el minuto 65, condicionó el resto del partido. El jugador uruguayo fingió que Pepe le había dado un cabezado, se tiró al suelo, y el árbitro le sacó la segunda amarilla por simular. El Compos se quedaba con diez.
Fue entonces cuando el Santiago tomó el mando de las operaciones. En una falta en medio campo, como no, un balón bombeado lo remató Emilio, rechazó Óscar, pero Martín Barreiro remató a puerta vacía para acortar diferencias.
De ahí hasta el final le tocó sufrir al equipo de Baleato. Ya avisaron los locales con una combinación por la banda izquierda que no llegó a nada. Pero en el último suspiro del encuentro, José María remató al larguero una ocasión que podía haber significado las tablas en el marcador.
El Compostela, con este resultado, sigue líder de la clasificación, por delante del Somozas, su mayor rival, mientras el colegiata se engancha a la zona baja de la tabla.